Y la llamaron Teotihuacán…
La ciudad de Teotihuacán fue en otrora uno de los sitios más cosmopolitas de la América precolombina. Abandonada ya estaba en los tiempos en que los Aztecas llegaron a la ciudad, asombrados por la majestuosidad de sus edificaciones, la bautizaron como Teotihuacán que en idioma Nahualt significa «lugar donde nacieron los dioses o ciudad de los dioses«. Asentada a 15 kilómetros de la costa del lago de Texcoco en el valle de Teotihuacán sobre el río San Juan, está ubicada a unos 50 kilómetros de la ciudad de México. Es uno de los sitios arqueológicos más importantes de la América hispánica porque albergó una sociedad estructuralmente desarrollada en lo comercial, económico, político, religioso y cultural.
Teotihuacán, ícono de la mexicanidad.
En su época de mayor esplendor, 200 d.c., la ciudad de Teotihuacán llegó a contar con más de 120.000 mil habitantes evidenciando una sociedad altamente jerarquizada, con cierto desarrollo en la ciencia y en las artes. Sus rasgos étnicos llegaron a traspasar los límites irradiándose al resto del altiplano mexicano perpetuándose hasta nuestros días. Su importancia es tal que en el año 1987 fue nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO y es visitada cada año por miles de personas convirtiéndose en uno de los principales destinos turísticos de México. Teotihuacán es un ícono de la mexicanidad. Su arquitectura, concretamente la Pirámide del Sol, es un símbolo de la cultura e indiosincracia mexicana. Se ha constituido en bandera para la investigación, defensa y preservación del patrimonio arqueológico nacional mexicano.
Expansión de la cultura Teotihuacana.
Teotihuacán se constituyó en un emporio comercial con la explotación y venta de la obsidiana o piedra volcánica, por toda la región de Mesoamérica así como la exportación de sus vasijas tripodes de cerámica. El descubrimiento de los yacimientos cercanos a Teotihuacán la hizo acreedora de su monopolio y fue utilizado como objeto de dominación y subyugo por parte de los habitantes de la ciudad. Con este panorama favorecedor en lo comercial, Teotihuacán extendió su área de influencia más allá de sus linderos incluso en lo estratégico militar y con claros indicios arqueológicos de influencia politica en sitios como Monte Albán, la región Maya y en Tikal.
La arquitectura de Teotihuacán
El espacio abierto al público de la ciudad cubre una extensión de 264 hectáreas donde se encuentra sus edificaciones. Su arquitectura destaca por su monumentalidad además de ser sobria y elegante principalmente sus pirámides. Entre ellas destaca por ser la más importante la Pirámide del Sol con 63 metros de altura y su base cuadrada de 220 metros por lado, la número dos en tamaño en Mesoamérica después de la pirámide de Choluca. Construida con adobes, revestida de estuco y ornamentada con pintura mural religiosa, consta de cinco plataformas y seis segmentos de escalinatas las cuales conducen a la cúspide donde se encontraba un altar ceremonial.
De menor tamaño le sigue La Pirámide de la Luna con 40 metros de alto con base rectangular de 120 x150 metros. La Calzada de los Muertos lo constituye un eje central, dirección norte-sur que se inicia con la Pirámide de la Luna y pasa por la Pirámide del Sol. En el extremo sur se encuentra el Templo de la Serpiente Emplumada o Templo de Quetzalcóalt, principal deidad junto a Tláloc, dios de la lluvia. Es una construcción de seis cuerpos ornamentadas con 365 cabezas de ambos dioses que sobresalen de sus muros. Alrededor de él hay trece pirámides escalonadas menores y conjuntos habitacionales para los sacerdotes llamada La Ciudadela.
El Palacio de Quetzalpapálotl es un complejo de ruinas que se le accesa por la avenida de los muertos ubicada al suroeste de la Pirámide de la Luna. Se presume que era el hogar de altos sacerdotes o funcionarios de jerarquía. Allí también se realizaban actos ceremoniales en un recinto bellamente decorado por murales policromados y sus columnas de piedra esculpidas con figuras de mariposas y plumas de quetzal, de allí responde su nombre. A todo el complejo principal de la ciudad se le accesa por cinco puertas que conducen a caminos de piedras que franquean las edificaciones.
Siendo una civilización agraria, fue construida con un buen sistema de provisión y drenaje de las aguas. Teotihuacán es una ciudad de amplias calzadas, planificada de antemano con cuadrículas y trazo urbano con dos ejes perpendiculares, la calzada este-oeste (calzada de los muertos) y la calzada norte-sur.
La primera se pensó que su nombre se debió a la existencia de tumbas. La que cobra mayor fuerza dentro de los investigadores es que fue un camino de procesión que conducía a uno de los sitios más sagrados de la ciudad como lo era la Pirámide de la Luna. La pirámide y su plaza era de acceso público ya que era un sitio cultual ceremonial a diferencia de la Pirámide del Sol a la cual solo accedían los sacerdotes.
Todos los pequeños templos que están a su alrededor dan al interior para el control de la entrada y salida de los acólitos que asistían. Se presume que cercano a los templos se encontraban construcciones habitacionales ornamentados con vivos murales donde residían los sacerdotes.
El arte Teotihuacano representado en su pintura mural fue una expresión totalmente supeditada a la ornamentación de la arquitectura. Esta ciudad es una de las que mejor preserva los vestigios de la pintura al fresco en Mesoamérica. Su mayor florecimiento corresponde a los murales policromados de Teplantitla, Tetitla, Atetelco, la Ventilla y el del Muro de los Jaguares en Quetzalpapálotl así como el revestimiento de estuco adosado a los edificios.
La ciudad se constituía en un sitio de tránsito donde llegaban muchos extranjeros por ser una metrópolis comercial y de gran influencia para el resto de la Mesoamérica de la época. Desde el S. XIX se iniciaron las excavaciones convirtiéndose en un gran centro de investigación arqueológica, uno de los más importantes en América Latina y que aún no ha sido explorada en su totalidad.
Cosmogonía
La planificación y construcción de la ciudad correspondía a la cosmovisión que tenían sus habitantes y su integración con el ambiente siguiendo criterios astronómicos que indicaban la temporada de cosechas. El posicionamiento de la Pirámide del Sol y de la Ciudadela marcaban el saliente y el poniente del astro rey en los momentos propicios para la iniciación de las mismas así como los rituales que la favorecían.
Hasta hace unos años se creía que esta ciudad fue edificada en honor al dios sol representado en su pirámide, pero descubrimientos han incorporado otras deidades a quienes posiblemente también se les ofrendó su construcción ampliando este sistema cosmogónico. De allí la veneración a Tláloc, dios del agua y de la lluvia, con su cabeza adosada en la Pirámide de la Serpiente Emplumada y a figuras encontradas en cuevas subterráneas; Huehuetéoltl, dios del fuego, estatua encontrada en la cima de la Pirámide del Sol; Chalchiuhtlicue, diosa de las aguas, regentora de la Pirámide de la Luna y en cuya cima se realizaban ofrendas en su honor; y figuras del jaguar, símbología del fuego, del sol y del inframundo.
Cerca de la Pirámide de la Luna se halló una estructura denominada Quincunce o Cruz Teotihuacana cuya simbología en Mesoamérica representa el orden cosmológico. Simboliza la representación de la división del universo por cuatro regiones regidas por los puntos cardinales y a su vez tres secciones verticales que representan el cielo, la tierra y el inframundo.
Dentro de este sistema de creencias entra Quetzalcóatl o la serpiente emplumada, deidad a quien se le atribuye como el iniciador y regidor de las actividades del hombre en la tierra, dador de todo lo que produce el hombre y modelador del tiempo representado en su tocado. Se le atribuye a él la creación del calendario. El templo que se edificó en su honor se aparta del conjunto hacia el sendero sur de la Calzada de los Muertos pero es el más majestuoso y quizás el más bello decorado de toda Mesoamérica.
Ornamentado con conchas y caracoles de mar, se presenta con cabezas de serpientes emplumadas talladas en piedra, coronadas con dos pétalos que se proyectan de una flor. Son muchas las conjeturas e hipótesis acerca del abandono que sufrió Teotihuacán por sus habitantes: guerra civil, disputas internas, sequías o ataques de comunidades vecinas cansados de su dominación. Una de las teorías apunta a que fue destruida para el S. VII por un voraz incendio siendo abandonada por los pocos habitantes que quedaron después de vislumbrar su caida como emporio comercial, económico y religioso para emigrar a ciudades vecinas.
Museos y algo más
Para completar tu conocimiento de esta valiosa civilización sería importante que complementaras tu recorrido a los variados sitios culturales y de exposición que tiene Teotihuacán como centro arqueológico. El Museo de Sitio de la Cultura Teotihuacana con las exposiciones de cerámica, objetos utilitarios de obsidiana, concha y hueso de la época así como el Jardín Botánico con la exposición de la flora de la zona. Ambos se encuentran situados al sur de la Pirámide del Sol.
También vale la pena acercarse a Tepantila donde hallaremos el Tlatocan, un majestuoso mural que narra el paraiso de Tláloc y que solo te tomará 15 minutos a pie saliendo por la puerta 4 del complejo. Si quieres profundizar en los diversas investigaciones sobre Teotihuacán debes acercarte al Centro de Estudios Teotihuacanos. Lugar excelso para la referencia y documentación histórica, arqueológica y antropológica de la ciudad, cuenta con videoteca, planoteca y fototeca accesible al publico a 15 minutos a pie frente a la puerta 5.
Si eres amante del arte y de la pintura mural es visita obligatoria al Museo de Murales Teotihuacanos Beatriz de la Fuente donde se expone un registro fotográfico de los murales de la ciudad. La zona arqueológica de Teotihuacán es administrado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. Su horario de visita es de 8:00 a las 17:00 horas. Su acceso es gratuito para los adultos de la tercera edad, niños, estudiantes y profesores previa presentación de credencial.
Los fines de semana es gratis para todos los mexicanos no así para el turista extranjero quien debe cancelar entrada todo el año. En las zonas cercanas y comunidades subyacentes se cuenta con cadenas de hoteles y sitios para acampar. También se puede contar con una oferta gastronómica autóctona de la zona. Así que para conectarte con la historia ancestral de México debes hacer una parada obligatoria por esta mágica y misteriosa ciudad.